sábado, 10 de noviembre de 2012

El grito

 
 
El grito sale de la tierra, zigzaguea pidiendo auxilio,
marca la arena reseca y levanta una polvareda.
Lo han visto caminar enloquecido, azotar las paredes,
golpear puerta tras puerta
pero nadie escucha,
nadie abre los brazos para recibirlo,
consolarlo,
nadie abre la boca y denuncia.
Todos se asustan, ponen cerrojo,
clausuran las cortinas.
Tienen miedo, un miedo feroz.
La muerte es cosa seria, no se detiene a contemplar,
sólo arrasa,
devasta,
allana,
deja lágrimas de impotencia difícil de remediar.
El grito permanece titilando en los brazos del viento
que multiplica sus voces,
voces de mujeres,
voces sepultadas que afloran en desconsuelo,
voces que están allí, cerca,
asesinadas,
en donde el tiempo se detuvo,
quedan abrazadas a una artesanal cruz de madera,
lo único que las identifica.
El grito se ausenta
agotado por tanta indiferencia.
Mañana volverá, tal vez...
Tal vez alguien lo escuche...

2 comentarios:

  1. Me gustó mucho, Marianela. Sin duda un tema que nos atañe hondamente a todas las mujeres o...mejor aún, a la humanidad toda.

    Besitos.

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  2. Por supuesto Manchita, el grito está allí deambulando de puerta en puerta hasta que las autoridades hagan algo, o más bien como dices tú, la humanidad entera. Besitos de Marianela.

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