lunes, 20 de junio de 2011

MUJER DORMIDA


Gira mundo, baila sobre sí mismo,
fuego en la palma de mis manos.
Húmedas hogueras arden sin su llamarada.
Piel cenicienta en túneles oscurecidos,
voz quemada,
grieta, vacío.
Precipicio de confusiones, fantasmas humeantes,
joven enmudecida, mujer quebrada.
Tenue perennidad
de bálsamos disimulados,
cantos de tarabillas en bosques alejados.
Damisela de rodillas…
barro avergonzado.
¡Tierra danza!, camina sobre el instante,
fulgurantes voces.



Raquel Viejobueno Rodríguez.