viernes, 15 de junio de 2012

CONJUGARME


Fui un lecho de semillas, el aire de los días se llevó la infancia. Corrí, jugué entre amapolas que me hicieron crecer. Llegué al laberinto del tiempo. Mi cuerpo se transfiguró en pieles con segundos.

Ahora, soy  madre, amante, amiga, hoja caída en años. El ayer.  Manantial de reposo para los días viejos y cansados. Canto, grito, enfurezco, a veces, me oigo en mi propio silencio.

Seré un polvo de brisa, un recuerdo de alguien, bastión de mis hijos crecidos. Abrigo de arrugas. Rozaré con mi labio dormido el paisaje por donde fui. Veré cordilleras, campos, mares. Aquellos cuadros donde dibujé mi vida. Recorreré  el cielo, rozaré el suelo, quizá lleve en mi pupila el infinito. Si, puede que cante para volver a soñar...

Raquel Viejobueno Rodríguez