jueves, 23 de agosto de 2012

DESHOJADA



Estoy naufragando a la deriva. Creí estar entre las sombras y viví, sin darme cuanta, en uno de los jardines mágicos: tus sueños.

El viento no pudo retenerme y volé como una sámara, consumí aire, agua y tierra. Escondida en los huecos de los abismos, nunca, nadie, me supo tocar. Hoy el día llora humo, tinieblas, como aquella chimenea de recuerdos encendidos.  Todo parece gigante, por momentos, diminuto, irreal.  Allá donde las ráfagas soplen, me deshojaré, perderé mis raíces, para comenzar camino.

 

Raquel Viejobueno Rodríguez