viernes, 9 de noviembre de 2012

Diferencia.


Hay líneas indivisibles que llegan al límite, a marcar la diferencia de ser humano o fantasma de necedades.
Me asombro y retengo ante los acantilados de mi suicidio, única oportunidad de escapar de la demencia.
Una manada enfurecida desea atrapar el maravilloso sentido de existir.
Estalla el volcán y con los ríos de lava asciende a la bahía donde soñamos.
El pozo se ha quedado seco, aún a pesar de los torrentes...


Raquel Viejobueno.