miércoles, 5 de enero de 2011

LOS HIJOS


Son porque somos. Áncoras que nos ligan a la vida. Decimos que son nuestros; que error querer poseer lo que son los anhelos de la vida misma. Pero cuidado, que nos observan, no los sermonees; no te entenderán, sólo siembra semillas de ejemplo en sus corazones, de rosas de Amor, orquídeas de comprensión, tulipanes de esperanzas, lirios de aceptación, robles de determinación… Deja que se alejen, que el aroma vaya impregnando el mundo y, que del polen de sus actos surjan nuevos jardines… Sólo observa y espera, espera, ¿cuánto hay que esperar?, ¿cuánto…?

Juan Luis Bulnes de la Calle.

JULIA

Espeso es el recuerdo
cuando camina sin ser.
Más allá de la palabra está  la desnudez.
Los atardeceres
cobijan llantos enlutados,
ya no hay nada,
cuando pienso en tu muerte.
Al otro lado del papel
se encuentra la lejanía.
El calor helado de tu mirada
huele a vacío.
Fuiste mi compañera, mi amiga durante años,
caminando desiertos de dificultades,
mares de alegrías,
llantos de cielo
y sueños de noches.
Sólo me queda  ir recogiendo
las huellas de esos tiempos
para dibujarlas en un marco
y observarlo en mis soledades.
“Para Julia”
Raquel Viejobueno Rodríguez. 2010