sábado, 11 de agosto de 2012

PUTA

Estoy colgada en una percha. Allí me dejaste con mis medias de encaje. El hilo de mi vestido sirvió para darte placer a tu imagen de macho dominante. Puta de aquel que no vio más allá de su dominio, de su montaña de girasoles en penumbra. La mujer no es seducción, sino conquista de una tierra que hay que saber labrar, explorar y tocar. No me vengas con palabrerías poéticas, la palabra es más poderosa que tenue. Puta es un camisón de dolor y arañazos. Soy más que una palabra que se traduce en ofensa y calamidades. Soy mujer sin precio.

Raquel Viejobueno Rodríguez