lunes, 29 de noviembre de 2010

Nº2

Nº 2


Seguro que vio  cómo venías persiguiéndome por el pasillo
cómo te tambaleabas por el serpenteante camino hacia mi cama
desnudo y armado
 con tu sonrisa ladeada
 y con ese el olor a prohibido:
jazmín y menta de otro jardín...

Seguro que también te vio sobre mí
con la seguridad del cazador experto,
ansia de saciar
la sed infinita de tu cuerpo...
 
Yo sabía que nos miraba…
Oía cómo se golpeaba contra los cristales,
cómo se retorcía de envidia al no ser
carne de mujer sobre tu cuerpo...

Aquí estamos:
tú pensativo
por robarle a la lujuria las joyas más dulces e inusitadas,
las más preciosas,
las mejor guardadas…

Ella nos traicionó,
la misma que se mezcla con mis lágrimas
y se escurre vengativa
la misma que tu bebes  en mi mejilla
con besos de sal y rabia infinita…
La misma.
Silvia Mariani