viernes, 31 de diciembre de 2010

EL MAR, TÚ Y YO


Observo su majestuosidad, su belleza. Ahí está: ¡el mar! Sugerente, con la brisa que refresca el cuerpo aliviando el alma o, ¿tal vez al revés? Lo miro, no puedo desligarte de él. Siempre juntos: el mar, tú y yo. Según crecías y yo envejecía descubríamos sus secretos: sus profundidades, su fauna, los crepúsculos con sus fascinantes tonalidades; cuando el momento rinde culto al tránsito de lo acontecido a lo venidero. Un día tu persona se desvaneció; pero miro al horizonte y te encuentro, me fijo en las gaviotas y estás, observando a las golondrinas te hallo, contemplando a las olas te veo, siento la brisa y te noto, percibo la fragancia y te huelo. Cuando te imagino ahí está: ¡el mar! Con sus destellos, sus matices, su aroma, sus peces, las aves… No puedo abrazarte, ni jugar contigo; pero siento el abrigo del Amor, arrullándome hijo mío... En el mar…     


        Juan Luis Bulnes de la Calle. 
Cartagena (España)


NADA


Nada no es nada, sino algo. Algo de nada, nada de algo. ¿Qué es nada, sino algo? Porque si la nada fuera nada, no sería algo. Si la nada fuera algo, no existiría nada. ¿Hay nada sin algo? ¿Algo sin nada? Nada es nada y nada de algo es……

Raquel Viejobueno Rodríguez
Año 2007