miércoles, 4 de mayo de 2011

ME HICE PIEDRA.


Me hice piedra para decir adiós,

arrastré los sacos de pesadillas,

marrones agonías dispersas.

Las aceras llenas de cadáveres,

el mundo se iba

el suelo yacía húmedo

entre los arreboles de locura.

¡No soy nadie!-me dije.

El manto azulado de mi vida

rompía cortinas de miradas,

aullaba, giraba, corría.

¡Ya!.

El cielo paró en el segundo de mi muerte.

me vi caminar sola, atrás todo.

Me seguía el poeta ya muerto,

alguien me arropó con barro y cenizas.

Ya no había luz blanca,

el cielo lloraba penumbra.

En el otro lado del recuerdo el cristal es más grueso.

veo a mis hijos ancianos,

a mi madre sábana transfigurada en llanto.

Nada, sólo sombras de auroras encerradas.

yo todo, letra, palabra…

Raquel Viejobueno Rodríguez.