viernes, 20 de junio de 2014

Voz y Silencio de la Palabra por Pilar. S. Tarduchy.

VOZ Y SILENCIO DE LA PALABRA

Siempre imaginé que una presentación realizada por cuatro pilares instruidos dejaría unas mentes más llenas y lúdicas, con sabor de haber recogido un testigo de futuro. No fue así para mi humilde asombro. Esa tarde asistimos atónitos esperando por lo menos al bautizo del libro que nos ofrecían, pero ni la editorial supo ganar atención ni transmitir, el segundo candidato un familiar de buen apellido y nada más, el tercero un largo amigo de la familia y por fin, el cuarto candidato, el escritor, que nos dejó sin palabras, pues su gran trabajo Sres. era tan solo una recopilación de trabajos hechos en vida por el autor y apellido de renombre.

Los cielos gritan al unísono por la libertad del individuo aquí y al otro lado del planeta, somos débiles y pequeñas hormigas obreras siempre guiadas en una minúscula colonia llena de pequeños gobiernos.
Pensar se convierte en una tarea en silencio y a altas horas de la noche, donde el resto duerme feliz con un pequeño ego inflado haciendo compañía a almohadas solitarias de paja.
Sillas en rifa para hacer saber y defender que ese puesto pertenece por estar cerca de alguna guinda del pastel que reparte a intrusos como borregos una etiqueta de color diferente con referencia al compañero de al lado.

Seres diferentes que solo están presentes por quienes son de verdad, no son apreciados ni vistos con ojos de mercado y política de intereses, es triste ver la vacuidad de alcantarilla de cerca pues siempre intentan hacer saborear al resto que no son dignos, que no existen para los proyectos colectivos.
Y  preguntar,  no vale, pues la palabra que no trepa y no se sabe vender nunca es escuchada, todo lo contrario es ensuciada y silenciada.
Esto es como los angelitos de Machín, “angelitos blancos y angelitos negros”, no son iguales a los ojos que no saben mirar, o que miran con recelo de oportunidades.
El sistema de calidad humana está en decadencia continua, ¿por qué consideran quién debe respirar? ¿Quién son para decidir la felicidad o triunfo de un semejante?

Que se miren el bolsillo del abrigo y recuerden a que sombra se abrigaron y no por su supuesta valía, que hoy nos venden como prodigio. No sabemos quiénes son, solo platican de una huerta fantasma. Eso es solo miedo a no existir, ¡qué pena de fórmula matemática!, la red de semilla enriquece el campo, cuanto más variada es, más milagros se producen unificando la sabiduría de la vida.

Preguntas o reflexiones son muchas las que llevan y trae el viento. Figuristas de la palabra en el mundo, están abriendo cada día un poco más la Caja de Pandora, y todo aquello que hoy solo es registro de moda, será lo único que guarden en un futuro Vds,  en su pequeño cajón de la mesilla de noche.

Las voces humildes, nacen para hablar con el mundo y esa luz tiene un registro único.

                                                                                     Pilar S. Tarduchy.