viernes, 17 de septiembre de 2010

ZAPATILLAS DE ALGAS

 (A mi madre, tan lejos y tan cerca en todos los instantes)


Antes de que te vayas quiero decirte que, en tantos años, ¡y tantos!, no he podido construir un solo rinconcito en el que imaginar ese lugar en el que vos no estás.
No encuentro una razón para pensarte ausente ni siquiera en la muerte. No concibo una hendija en la que no residas, aunque difuminada en la distancia.

Antes de que te marches quizás en busca de palabras blancas y chiquitas, que leer recostada en la medianoche, o a esperar el alba con los ojos nuevos, llenos de atardeceres contemplados, quiero entregarte la mariposa azul de mis poesías, el destello marrón de mi mirada, posada en la montaña que no has visto, pero sé que amarías si miraras.

Antes de que una distancia amarga y sólida nos separe otra vez, pálidas y desmembradas, quiero que sepas que no ha habido una historia más hermosa, más tibia, más llenita de agua, que la que de tus labios, junto a la chimenea germinó hipnotizante cuan música de duendes, allá en la casa antigua que fuera nuestra casa.

Sabe pues… si partes algún día, allá adónde vos vayas, seguiré tu rastro de pisadas en la arena, con zapatillas de algas…


Nahir Subelzú