Semillas que dejan nombres,
ahora vacías.
Lloran y se levantan.
Impropio personaje desilusionado,
la derrota de tus huesos
oculta la sombra de la flor.
Los campos se visten de nácar,
sólo hay mantos rojizos
sobre las pestañas de la mirada.
Guarida de huevos podridos,
la luz los dejó desnudos, inertes.
Demora tu muerte,
no hay cabida para ser.
Cuentero de cuadros arrugados en la memoria,
pastorea los ríos de desazón.
¡Qué congoja!
Dios quisiera atraparte entre los desfiladeros
de la mofa y la modestia
donde dejar las huellas de palabras tristes.
RAQUEL VIEJOBUENO RODRÍGUEZ.
“Mamotreto de Viajes” 2010
La autora parece referirse a un colega escritor en este escrito porque en verdad destila un odio profundo que no se lo quisiera nadie... Bueno, la historia habla de odios entre poetas hasta la muerte...
ResponderEliminarCreo que es un poema que tiene méritos.
Sergio Galaz Naranjo
Preciosos poema, me ha encantado. Felicitaciones
ResponderEliminarMari Carmen Izquierdo
Puede haber dolor en este poema, pero es una belleza. Así es Raquel belleza.
ResponderEliminarJuan Antoni del Río.