viernes, 25 de noviembre de 2011

AL BORDE DE MI SILLUETA


La aguja se detuvo…

Tic tac llegando a mi mente con sonidos siderales y
un eco que pronunciaba mi nombre
desde siniestras oquedades
no logro recordar
mi salto al vacío.
Sudor, angustia,
tiempo humeante, olor a leños ardiendo...
Soy una lámpara sin luz y
mi figura ya no es...
Soledad…
Ciudad sin nombre, ausencia de calles,
destellos moribundos en la noche.
El pelo cubre mi rostro bajo aquella farola,
yo misma ilumino mi sombra.



Raquel Viejobueno

lunes, 7 de noviembre de 2011

ASFIXIA.


 (Sobre la comedia del hombre)


Eres Alfa de un grupo perdido de sombras.
Escenario de títeres, marionetas, nebulosas sin luz.
Comedia de llantos enrisados, dobleces de la palabra,
Tragedia de una llama que ardió y se apagó
por ese huracán que entró
en la sosegada calma de nuestro aire…
Dejad de danzar; payasos, demonios, injuria, guerra, ceguera, adioses, ardores, olvidos.
El día viene desnudo...
 
 
Raquel Viejobueno Rodríguez.

domingo, 6 de noviembre de 2011

MADRE NATURALEZA


 
Cuando te contemplo me aquieto,

me embeleso;

en ti me veo.



Creo que no te pertenezco,

que estoy fuera de tu seno;

cuando en realidad no estoy ni fuera, ni dentro,

sino que formo pieza de ti;

como un dedo es parte de mi cuerpo,

como una ola no está separada del mar abierto.



Vivimos ignorándote;

siendo nuestro mayor desacierto,

dañándonos al negarte,

envenenando nuestro cuerpo.



Tú eres armonía, belleza y sabiduría.

Cuando muestras tu fuerza:

la humanidad se percata de su torpe osadía.



Cuando se asola un bosque,

el agua y el aire se contamina…

la humanidad se suicida de forma colectiva.



Cuando te presto atención:

me enseñas; descubro esa inmensa vitalidad en completa armonía,

reposo en ti, la brisa me acaricia...



Perdónanos madre nuestra, por tanta insolencia.

Amándote descubro quien soy en esencia:

pura naturaleza.




Juan Luis Bulnes de la Calle.

martes, 1 de noviembre de 2011

EL REFLEJO DE MI HUECO.

 

Fui al espejo y vi la imagen retroceder...
Mi sombra recogía la ropa, se mudaba,
no pude detener mi piel y
quedé desnuda de espanto.
Hay una certeza: mi mundo termina:
ayer había muertos en banderas difusas,
cuadros de niños moribundos...
El espejo se quedó sin imagen,
huyó cuando no pudo reflejar tanta miseria.


El mundo se quedó sin reflejo…



Raquel Viejobueno Rodríguez.