Seamos humo en esta hoguera de sin razón.
Huyamos entre ascuas,
no quiero convertirme en olvido,
sólo volver a fundirme en tu labio,
no me dejes pasar frío,
el huracán cabalga entre vientos,
que nadie me apague, aún puedo arder.
Mirada de fuego en las oquedades,
moriré siendo cenizas de tus manos,
aromas de quemazón,
Llama que derrita tu barro eterno…
Raquel Viejobueno Rodríguez