Cayeron miles de hojas
como si yo pidiera cayeran estrellas,
de estrellas eran las hojas
de los colores de mis penas
verdes, moradas, azuladas y lilas
aquellos pastos de otoño
ocurriendo en primavera.
Recubrió la magia de mi entonces
remontándome a mis noches de espera
ansiaba los brazos del padre
las caricias de mi madre bella
tan distantes y tristes.
Recubriéndose de empresas
eran grises las tardes
y las noches frías como mi guerra,
ahora que pasó el tiempo de pronto
como diapositivas extremas
me hallo en la misma noche
sola, maravillada de hojas...
y recubierta de estrellas.
Ellos ya solo son recuerdo
pero son más ahora, de lo que no eran...
Carla Martínez Jiménez