En 1992 nace la Duquesa, mujer misteriosa y criticada por vivir en un caserón y hablar con el viento. Es uno de mis cuentos más nostálgicos. Mujer que vagaba entre los vocablos barrocos, allí encontró su epitafio. Después de dieciocho años, la rescato del recuerdo para ponerla frente al espejo.
Las Pasiones de la Duquesa nace para crear un lugar donde hablar de los textos que cada uno deseé compartir y enviar. Aquí en este caserón repleto os espero.
Raquel Viejobueno Rodríguez
lunes, 19 de noviembre de 2012
Los lados de un mismo espejo.
Al otro lado un
cadáver danza entre versos serpentinos de venenos. Inyecta la pobreza de
espíritu, el hueco de la derrota, la
oquedad del rostro sin ojos. Lleva una alforja repleta de atardeceres, de damas
gimiendo en el sentido de lo absurdo. Las golondrinas mueren en un mar tóxico,
se ahogan entre las letras disfrazadas de poética. No queda nada, la momia ha
perdido su vendaje entre sus propias yemas.
Pareciera que el Sol
ha aprendido a caminar nuevamente, está sonriente.
A este lado, los colibrís están de fiesta y entre mi
cabello nacen alientos cálidos y es que las colinas de mis caderas son deltas
del mar que llevo dentro…
Raquel Viejobueno
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