Dios está de huelga, el cielo cierra sus puertas. Los Santos parecen haberse ido. Nadie queda como guardián de lo sensato y lo coherente. El mudo muere en la grieta de su propia estupidez y todo parece bailar al son del mismo tango: El poder.
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Madrid queda cerrado para muchos, impoluta burbuja de cristal repartiendo quiméricas ideas, mientras allá abajo, los niños sofocan su muerte, el hambre y las moscas los comen desde los pies.
La espuma de la mentira crece.
Hoy, mientras esperaba la apertura de un semáforo, lloré por la estupidez del ser humano, atrás se oían el cántico de los feligreses para un Dios que hace mucho que se quedó ciego y sordo…
¡Un día con mucha zozobra!
En 1992 nace la Duquesa, mujer misteriosa y criticada por vivir en un caserón y hablar con el viento. Es uno de mis cuentos más nostálgicos. Mujer que vagaba entre los vocablos barrocos, allí encontró su epitafio. Después de dieciocho años, la rescato del recuerdo para ponerla frente al espejo.
Las Pasiones de la Duquesa nace para crear un lugar donde hablar de los textos que cada uno deseé compartir y enviar. Aquí en este caserón repleto os espero.
Raquel Viejobueno Rodríguez