domingo, 17 de octubre de 2010

NAVEGAR

¡Cuánto me gustaría navegar sin rumbo por los senderos que jamás me atreví a soñar!
Esta vida mísera que te obliga a vivier sin estar, a estar sin saber.
¡Cuánto me gustaría perderme en el abismo de mí misma!
¡Cuánto me gustaría vivir!

sábado, 9 de octubre de 2010

LA NOCHE


Taciturna noche, tupida y triste,
andas tras de mí y no consigues alcanzarme.
El silencio grita y los ruidos se callan,
 y veo tu mano extendida hacía mí,
y espero que el Sol se ponga
y empuje con su potente brazo tu mano amenazadora.
Taciturna tiniebla que me haces sentir cobarde y ruin,
no vuelvas más,
que mi miedo es muy libre.
No quiero ver, no quiero seguir.
Espesa y densa oscuridad
que te pegas a mí como gotas de sudor en la frente.
 Sombra,
 sólo caída de la tarde,
el día te desterrará
y yo volveré a ser alguien.

Raquel Viejobueno Rodríguez


“Mareas de la Princesa Letra”
Año 2017.

martes, 5 de octubre de 2010

BAILARINA

Bailarina
Cual alondra te posas
liviana y frágil,
leve como la espuma sobre el
entarimado,
en tus ojos la música va dibujando estrellas,
te ves como la alondra
etérea e inconsútil.

Tu cuerpo va esculpiendo
efigies en el aire,
se despliega sensual hasta sus extramuros,
la tristeza aferrada a tus
brazos perfectos
resbala por tu espalda
y se aloja en tu talle.
Sonríes mientras danzas…
y el aire se detiene embelesado a mirarte.

Se demora la luz entre tus manos pálidas
alzadas en místico ademán…
Hay a tu alrededor
una hueste de hadas susurrando poesía.
Agoniza la música.
Comparece el silencio y se adueña del mundo.
Grácil y transparente
se derrumba tu cuerpo en las tablas gastadas,
Y entonces ciertamente
te asemejas a la alondra
adormecida en el nido.

Nahir Subelzú

VOLVÍ A PERDER.

VOLVÍ A PERDER.

Lloré lo que perdí, porque lo perdí llorando,
y mientras lloraba dejaba atrás el llanto
 que más me hizo sufrir.
Tu amor.
Perdí lo que sabía que ya estaba perdido,
y perdiéndolo todo
me dejé perder en el abismo
de tus brazos otra vez más,
hasta que no fui capaz de encontrar lo perdido
 y la perdición me llevó a llorar lo que sabía
que no podía encontrar.
Tu amor.
Y volví a llorar otra vez,
y me encontré sola,
 tan sola como perdida.

RAQUEL VIEJOBUENO RODRÍGUEZ.
“Libro de los Insabores.” 1994