Lloró por abrigarse con su cuero,
ingrato, le dio lo mejor.
Hizo un pastel de cicuta.
Olvídalo y recoge
las cáscaras de ignorancia.
Disfruta de la dicha
de verse aislado en el olvido,
aunque sea fácil
domar sus iras.
Regresará a su piel
para levarse el alma.
Los días mascullaran silencios.
Callan y gozan,
mientras sean uno.
RAQUEL VIEJOBUENO RODRÍGUEZ.
“MAMOTRETO DE VIAJES” 2010.