En 1992 nace la Duquesa, mujer misteriosa y criticada por vivir en un caserón y hablar con el viento. Es uno de mis cuentos más nostálgicos. Mujer que vagaba entre los vocablos barrocos, allí encontró su epitafio. Después de dieciocho años, la rescato del recuerdo para ponerla frente al espejo.
Las Pasiones de la Duquesa nace para crear un lugar donde hablar de los textos que cada uno deseé compartir y enviar. Aquí en este caserón repleto os espero.
Raquel Viejobueno Rodríguez
sábado, 25 de febrero de 2012
GLOSAS
I
¡Ay!, esa casa de madera que hizo mi abuelo gallego con pino y roble
resiste tempestades como si la naturaleza respetara su habitad.
Ahí está, con la mata de croto sembrada en el jardín por el padre del abuelo,
ahí está, con sus rejas bizantinas, con su sala llena de libros de grandes poetas,
con sus cuartos donde duermen familias de fantasmas, con sus escaparates llenos
de señales de vidas pasadas, ahí está esa casa, de ahí, salí a la vida.
II
He perdido la cuenta de cuántos perros te habitaron,
de cuántos ladridos escuché en mis oídos de infante,
de cuántas garrapatas aplasté con mis zapatos colegiales,
de cuántas veces lloré en mi escondite secreto,
de cuántas hormigas conté caminando por el tronco de la mata de ciruelas,
he perdido la cuenta, pero aún, cuento mis sueños.
III
Ese estanque que hizo mi hermano para los patos del patio
donde nos bañábamos con nuestros amigos del barrio,
donde los perros tomaban agua y se zambullían,
donde desnudos el sol vestía nuestra piel,
¡como recuerdo esa natural piscina cubierta de hojas secas!
Parte de las Glosas de Beatriz Celina Gutiérrez Gómez. Ediciones Pastora
Presentación en La Habana el 18 de febrero de 2012, en el Centro Dulce María Loynaz
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