Ese tren nunca paró. Vi montes y lugares que nunca pude imaginar. Vi sombras de momentos cortos y de instantes que nunca terminan. Te vi, y sentí volver a nacer, pero el tren corría, no paraba y los años se consumían con la velocidad.
Lo vi todo. Vi como el mundo se destruía, y como nacían otros para sembrar cosas distintas. Ese tren me lo enseñó todo. Y ahora en mi vejez, me consumo entre los asientos de la vida. Sé que pronto llegará mi parada.
RAQUEL VIEJOBUENO RODRÍGUEZ.
"RETRATO DE UNA PLUMA"
16 DE MAYO DE 2010