VOZ Y SILENCIO DE LA
PALABRA
Siempre imaginé que
una presentación realizada por cuatro pilares instruidos dejaría unas mentes
más llenas y lúdicas, con sabor de haber recogido un testigo de futuro. No fue
así para mi humilde asombro. Esa tarde asistimos atónitos esperando por lo
menos al bautizo del libro que nos ofrecían, pero
ni la editorial supo ganar atención ni transmitir, el segundo candidato un
familiar de buen apellido y nada más, el tercero un largo amigo de la familia y
por fin, el cuarto candidato, el escritor, que nos dejó sin palabras, pues su
gran trabajo Sres. era tan solo una recopilación de trabajos hechos en vida por
el autor y apellido de renombre.
Los cielos gritan al
unísono por la libertad del individuo aquí y al otro lado del planeta, somos
débiles y pequeñas hormigas obreras siempre guiadas en una minúscula colonia llena
de pequeños gobiernos.
Pensar se convierte en
una tarea en silencio y a altas horas de la noche, donde el resto duerme feliz
con un pequeño ego inflado haciendo compañía a almohadas solitarias de paja.
Sillas en rifa para
hacer saber y defender que ese puesto pertenece por estar cerca de alguna
guinda del pastel que reparte a intrusos como borregos una etiqueta de color
diferente con referencia al compañero de al lado.
Seres diferentes que
solo están presentes por quienes son de verdad, no son apreciados ni vistos con
ojos de mercado y política de intereses, es triste ver la vacuidad de alcantarilla
de cerca pues siempre intentan hacer saborear al resto que no son dignos, que
no existen para los proyectos colectivos.
Y preguntar,
no vale, pues la palabra que no trepa y no se sabe vender nunca es
escuchada, todo lo contrario es ensuciada y silenciada.
Esto es como los
angelitos de Machín, “angelitos blancos y angelitos negros”, no son iguales a
los ojos que no saben mirar, o que miran con recelo de oportunidades.
El sistema de calidad humana
está en decadencia continua, ¿por qué consideran quién debe respirar? ¿Quién
son para decidir la felicidad o triunfo de un semejante?
Que se miren el
bolsillo del abrigo y recuerden a que sombra se abrigaron y no por su supuesta
valía, que hoy nos venden como prodigio. No sabemos quiénes son, solo platican
de una huerta fantasma. Eso es solo miedo a no existir, ¡qué pena de fórmula
matemática!, la red de semilla enriquece el campo, cuanto más variada es, más
milagros se producen unificando la sabiduría de la vida.
Preguntas o
reflexiones son muchas las que llevan y trae el viento. Figuristas de la
palabra en el mundo, están abriendo cada día un poco más la Caja de Pandora, y
todo aquello que hoy solo es registro de moda, será lo único que guarden en un
futuro Vds, en su pequeño cajón de la
mesilla de noche.
Las voces humildes,
nacen para hablar con el mundo y esa luz tiene un registro único.
Pilar S. Tarduchy.
Me ha gustado mucho este texto crítico con respecto a una presentación, que se podría, se puede, extrapolar a otras muchas. Es algo muy actual, quien más y quien menos ha asistido en alguna ocasión a una situación similar, por no decir idéntica. Yo espero que alguna vez sea escuchada con delectación la voz de los más humildes entre los humildes, que muchas veces son los que más pueden aportar en el mundo de la palabra pues aportan su ser y no las letras de un apellido rimbombante.
ResponderEliminarMuchas gracias a Pilar S. Tarduchy por ofrecernos sus palabras tan llenas de razón y a ti Raquel por compartirlas. Mis abrazos para ambas.
Buen texto para denunciar la injusticia que supone que el poder de publicar y ser escuchados solo estè en manos de unos pocos. Felicidades, Pilar
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