Premio de Poesía
Internacional “Un Café con Literatos”.
Primera Edición,
año 2012
Primer Premio
María Elena
Valenzuela Romero, seudónimo Marianela Puebla. Valparaíso (Chile)
Por su fuerza
poética, su compromiso por la literatura.
NIÉGOME
Niégome
a la
noche solitaria,
al
abrazo gélido,
a la
muerte
que
oscila en un péndulo,
incursiona,
intimida,
pasa
rozando el dorso de mi espalda,
la tez
de mis sueños
con sus
alas tenebrosas,
amedrentando
todo desafío.
Niégome
a la
soledad inaudita del adiós,
al
silencio penetrante
que
envuelve sus palabras y convierte a la
lengua
en la
víbora, lupus aniquilador.
A la
mudez de espanto que queda
seguida
del último beso no dado
y
esconde al enloquecido llanto
en el
laberinto sigiloso de la mente.
Niégome
a la
página en blanco
después
de la caricia reservada
escrita
con letra agónica y sin huella,
deslizándose
por la fisura de la piel
de un
deseo.
Tal vez
me rebelo a la cortina ajada
que no
deja penetrar los ojos del infinito
y
deshacer el contubernio
entre
soledad y silencio.
Niégome
a todo
y a carencia,
a vivir
ausente, a sentir galopar
el
reloj de arena
por la
desértica playa,
sin que
nadie lo domine
y ocupe
sus horas en hacer el amor,
o
copule orgasmos en la luna
mientras
vamos en un sueño,
recuerdo,
intentando desovillar lo perdido
en un
instante.
No es
así, no se puede volver atrás
borrar
como quien borrar un cuaderno.
No, la
noche nunca reemplazará al día,
lo
perdido es irrecuperable.
Niégome
a las
tinieblas sin la esperanza de que
un rayo
rasgue su monotonía.
A
caminar desnuda por el filo del resentimiento,
a
desear sin ser deseada,
a besar
un fantasma que cruza otra dimensión
dejando
indiferencia, sólo eso,
un
profundo aroma a ruptura,
un
soplo de palabras desarticuladas.
Niégome
a ser
aquello, un objeto,
un
mueble que acumula polvo cósmico en la esquina
de un
corazón rencoroso.
Hay
aptitudes que son latigazos,
dominio,
castigo.
Ser
aquello que alguien manipula.
Ser y
no ser arcilla en las manos
de un
hechicero,
encantamiento,
seducción,
fascinador
de momentos
cuando
el calendario es el preciso.
Cuando
eres lo fácil,
dúctil,
condescendiente,
sensible
a las palabras, al roce,
a la
ilusión.
No,
alguien debe decir basta,
manipular
la situación,
derribar
la puerta del desamparo
y
gritar hasta salir a la luz,
hasta
ser escuchada,
rescate,
pensamiento,
llanto,
ser
sólo eso,
un
mortal con sueños y deseos.
Niégome,
niégome
al
abandono,
a la
herida que no sangra,
la
palabra que golpea y no toca
y deja
un surco en la piel,
sílabas
muertas,
difíciles
de reestablecer.
Sí, lo
digo hoy, lo diré mañana.
Niégome
a desperdiciar
mi vida
en una oscuridad
sin
esperanza.
Niégome,
Niégome...
excelso, eminente, sublime... la vida puesta en el poema... felicitaciones estimada Marianela.
ResponderEliminarMuy buen poema, y quedó preciosa la publicación!
ResponderEliminarMe alegro mucho, Marianela, y FELICITACIONES de nuevo por el logro.
También a Raquel por su hermoso trabajo.
Gracias estimada Ro por tu amable comentario, besitos de Marianela.
ResponderEliminarEstimada Amanda, es un interesante blogpot de Raquel, muy bien organizado. Gracias por tu gentil comentario. Cariños de Marianela.
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