A la orilla del agua, la piedra,
es una mano que reclama
su adelgazada sombra.
Un pensamiento blanco
trepa hasta el junco sometido
y la luz, densa, junto a nosotros,
abre el ojo del pájaro.
También la herida de febrero
puebla el pie azul de la barca.
Leche tibia sobre la córnea
y la voluntad de seguir siendo
piedra.
Una distracción tan solo.
(Un libro, una tiniebla ocupando la calle,
una postal antigua, el sello de la lluvia
en los cristales, la noche que llega
con su sed de muerto,
los violines que dejan el pan sin confesiones).
Vivir consumiendo el dolor que se repite.
Apenas una luz que ya no reconoces.
Concha Nieto de "Mudo es el tiempo" Ediciones Pastora.
En 1992 nace la Duquesa, mujer misteriosa y criticada por vivir en un caserón y hablar con el viento. Es uno de mis cuentos más nostálgicos. Mujer que vagaba entre los vocablos barrocos, allí encontró su epitafio. Después de dieciocho años, la rescato del recuerdo para ponerla frente al espejo.
Las Pasiones de la Duquesa nace para crear un lugar donde hablar de los textos que cada uno deseé compartir y enviar. Aquí en este caserón repleto os espero.
Raquel Viejobueno Rodríguez
Gracias por darnos este regalo, Raquel...cada poema de Concha Nieto es una puerta de entrada al ser profundo que nos habita...
ResponderEliminar'...vivir consumiendo el dolor que se repite...'
Maravilloso poema, como todo lo que escribe Concha Nieto.
ResponderEliminarUn abrazo