En 1992 nace la Duquesa, mujer misteriosa y criticada por vivir en un caserón y hablar con el viento. Es uno de mis cuentos más nostálgicos. Mujer que vagaba entre los vocablos barrocos, allí encontró su epitafio. Después de dieciocho años, la rescato del recuerdo para ponerla frente al espejo.
Las Pasiones de la Duquesa nace para crear un lugar donde hablar de los textos que cada uno deseé compartir y enviar. Aquí en este caserón repleto os espero.
Raquel Viejobueno Rodríguez
domingo, 27 de abril de 2014
sábado, 26 de abril de 2014
Haikus Koanes por Manuel Arduino Pavón
Todo es luna
No hay noche cerrada
El eco duda
No hay noche ni luna ni mente: lo que surge es la mata que no existe.
Jaula sin rostro
Muertos en cautividad
Cosas del viento
Entrar a la jaula sin haber cerrado la carta. Comunicarse sin silencios.
Un pájaro más
Inflación de pájaros
Artes del vuelo
Al borde del precipicio escribir los Sutras. Empujar el precipicio, descubrir
la negación sin el dedo.
Del frío solar
Dependen las mañanas
Rito del triunfo
El monje que camina sobre la nieve no tiene en cuenta el paso. No pisando
se deshace de sí.
Trenes en llamas
O faisanes formados
Sobre el rayo
La enseñanza, un faisán a punto de
despertar al pensamiento rozando la
sandalia del monje.
La hierba vibra
Tus suspiros la pulsan
Cuerdas con vidas
Sin manos es posible asir las páginas sin testigos.
Manuel Arduino Pavón
lunes, 21 de abril de 2014
VALPARAÍSO EN LLAMAS por Marianela Puebla
VALPARAÍSO EN LLAMAS
(Abril 12-13 de 2014)
Un abanico de fuego se eleva sobre el borde de los cerros,
lame con audacia los vientres de las nubes hasta hacerlas
sonrojar.
La hoguera acrecienta su poder en los brazos del siroco
y consume todo a su fatídico encuentro.
No es la primera vez, los porteños lo saben y pagan las
consecuencias
por dementes desquiciados que no se detienen en su afán de
destrucción.
El fuego alimentado por todo lo servible e inservible avanza
despiadadamente
sobre los hogares que le salen al paso.
Las lenguas voraces acallan el rumor del agua, las súplicas
de los árboles,
llenando su ardiente caudal, de nidos e inocentes animales y
aves.
Todo es consumido con ávido apetito que avanza más allá de
la desgracia,
de lo inimaginable,
dejando sólo un carbón encendido sobre el arcoíris del
puerto.
Las pérdidas humanas son cuantiosas,
irreemplazable en el corazón de sus apesadumbrados deudos,
el fuego no es amistoso cuando es liberado de sus cadenas,
cuando el viento lo acompaña en sus andanzas,
sueltos a su propia merced dejan un reguero de dolor en su
camino,
doce muertos y muchos heridos, cinco mil damnificados
y una destrucción que no tiene límites.
Bomberos y voluntarios, luchadores incansables son a veces
envestidos,
la bestia en llamas no respeta nada en su ardiente paso.
Hombres audaces que lo dejan todo por socorrer a los
indefensos,
a veces perecen en las fauces de las llamas, arriesgan sus
vidas
por salvar otras más desafortunadas y en su faena no
escatiman en
caer consumidos por la desgracia.
El abanico del puerto está de luto, no puede sacudirse el
dolor que lo embarga
es demasiado pesar, no deja respirar, mostrar sus atributos
como Patrimonio de la Humanidad.
Cada día es más agobiante el mantener ese título, sus otrora
hermosos edificios coloniales están enfermos de descuido,
de indiferencia, abandonados son presas fáciles de
inescrupulosos bandidos
que socavan sus entrañas hasta hacerlos colapsar encendidos
de oprobio.
El puerto no sale totalmente de una desgracia para caer en
otra,
los incendios en los cerros florecen en descuido y
vandalismo.
Hay iglesias que se han quemado cuatro veces en el
transcurso de pocos años
y quemas de pastizales que se salen de control
y atacan a la indefensa población.
Valparaíso está hoy en duelo,
grave, su gente, flora y fauna amenazadas
por la boca hambrienta de las llamas,
señalando a quienes a propósito,
dejan sueltas las voraces lenguas para destruir su valioso
Patrimonio.
Por Marianela Puebla
miércoles, 9 de abril de 2014
Estudios Literarios. Noctambulaciones de María Villar Portas, por Raquel Viejobueno.
Noctambulaciones de María Villar Portas.
Cuando la noche es una dama poética.
Comencemos pues, con este
conjunto de letras, que no tiene otro sentido que intentar aproximarnos al
poemario de la autora. Villar Portas, nos sorprende, esta vez, con un trabajo
que trae consigo un conjunto inmenso de símbolos y figuras, personificaciones
de elementos naturales, y mundos guardados en otras realidades, formas y
maneras de ver o vivir la vida.
Debemos mencionar a todo consta
el significado del título del poemario, no hacerlo, caeríamos en el error de
dejar muerta esa puerta de entrada al libro. Da igual que estemos colocados en
el umbral de la misma o que pasemos de lleno a traspasar el significado total
de un título, que, como otros muchos, cuelgan de la lectura propia del lector.
Noctambular; andar vagando por la
noche, quizá pareciera una especie de locura que sólo surge con el morir del
día, pero yo, como lectora, lo interpreto como el nacer de otra forma de vida.
Título sustantivado de un verbo que pareciera estar ceñido al mundo oscuro y
misterioso de las tinieblas, pero que sin embargo, en este caso, la autora lo
ha utilizado para abrirse camino a sus múltiples realidades. Igual que lo
hiciera en el Renacimiento San Juan de la Cruz, y de la misma forma que
estableció un contacto directo con el simbolismo de la noche en su poesía mística,
y en muchas vertientes erótica, Villar Portas, utiliza este simbolismo como
acto creativo de introducirse en los pasadizos y laberintos de ella misma. No podemos negar la gran
utilización de imágenes, y personificaciones, que cobran vida, y que nacen y
mueren como si tuvieran capacidad para ello, de elementos naturales, como el
viento, la brisa, la noche, el ocaso, el amanecer, el sol, y sobre todo
aquellos elementos relacionados con el agua, que más adelante nos ocuparemos de
ellos.
Pero volvamos a la noche, donde
encontraremos la luz necesaria para desempolvar estos instrumentos de creación
poética de la autora. Cito del poema “Abrazo del viento”, estos versos;
[…] los cristales arrugados
que ha tejido la lluvia todo el día[…]
Es obvio que los cristales son
incapaces de arrugarse, y aún menos con la lluvia, no obstante la autora,
posiblemente haya trasladado un sentimiento propio a aquellos cristales que no
dejan de ser, sino un obstáculo para llenarse de noche. ¿Es la noche una
criatura que domina a Villar Portas? , o por el contrario, ¿Es la noche un
juego de excusas para sentirse más viva qué por el brillante día? Estamos ante
un mundo que crece en el momento que la noche llega, como si fuera una Dama de
alta cuna para dejar sus influencias en la mano creadora de la que está
dispuesta a asumir el riesgo. En su poema “Creación”, realiza una pequeña sinopsis de lo ocurre
cuando el silencio invade todo, cuando los sueños parecen despertar, mientras
todo parece dormir, cito;
[…] Dejé mi corazón de paso
por aquellos territorios protegidos de la
infancia,
y me volvía audaz a los navíos de la noche
[…]
Reitero mi convencimiento de la
utilización de este espacio de sombras y nieblas para extraer el mayor partido
a otros mundos, a otras dimensiones, pero no sólo es el espacio el que es
utilizado, sino el tiempo inexistente que se vuelve existente y atrapado en los
versos de Villar Portas. Desde poemas que demuestras un abanico inmenso de
mundos oníricos, a dolores que están arraigados en la poetisa, como el recordar
su tierra, siempre llena de lluvia de nubes, o los bosques y las especies
vegetales que se dejan ver de una manera tímida en los versos, pero que
envuelven con ese áurea
de misticismo consciente al lector.
Continúo mi disección poética,
desde el ángulo de lectora, y observo como la utilización de las nubes, me hace
pensar de la instrumentalización de las mismas como símbolo de libertad y
escape, es así que estamos ante un escapismo, no sólo de la criatura de la
noche, sino del transporte que emplea, nubes y vientos, olas, mares y tierras,
etc.
Algo parece resurgir en los
entrañas de la autora, un miedo inminente a ser descubierta y dar ese todo a la
inmensidad del vacío de los lectores, la conducen a purificarse, y
cristalizarlo todo. La utilización del agua, en casi todos sus estados, desde
la niebla que lo tapa todo con su manto, hasta las diminutas gotas de agua, que
se convierten en océanos y mares, olas que
atrapan mundos, cristales que sudan la verdad de lo que ven, en
definitiva, poesía y versos en estados de somnolencia, impregnados de sueños e
ilusiones. Y es así, como María Villar Portas ha construido un
camino de Noctambulaciones, archivos excelsos de la forma y fuente de vida.
Sería, de una descortesía
abultada no dejarlos con la lectura del poemario, para que encuentren pos
ustedes mismos, lo rincones más sorprendentes, aquellos ocultos deleites de la
introducción poética.
Y termino con la poesía, igual
que hemos comenzado con ella, la cual puebla la imaginación de todos, y nos hace la
vida más fácil, siempre supervisada por la gran Dama, en este caso: La noche.
Raquel Viejobueno.
8 de abril de 2014
(Toledo)
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